A lo largo de la historia los estimulantes han sido empleados para tratar los estados de fatiga extrema, el desánimo e incluso el hambre. Su capacidad de activar directamente el sistema nervioso central, proporciona un aumento transitorio de la resistencia física.
Podemos dividirlos en dos grandes grupos:
- estimulantes vegetales
- estimulantes químicos
Estimulantes vegetales
- Se trata de plantas como el café, el té, el mate, la cola, el cacao, el betel o la coca.
- Aunque en proporciones pequeñas, son elementos tóxicos que tienen efectos secundarios, por eso es recomendable moderar siempre su consumo.
- El cacao consumido hoy en día no contiene los alcaloides en bruto tan potentes como los que consumían los aztecas.
Estimulantes químicos
Cocaína.
- Actúa sobre los neurotransmisores cerebrales.
- Tradicionalmente sus hojas se han utilizado durante miles de años como hierba medicinal y para la elaboración de infusiones.
- Su consumo como droga recreativa es relativamente nuevo. Su intoxicación provoca aumento de la presión sanguínea y aceleración del ritmo cardíaco, incluída parálisis muscular que puede terminar en colapso.
- Otra variante es el denominado crack, más toxico, realizado mediante la mezcla de pasta base de coca con bicarbonato sódico.
Anfetamina
- Mejora el estado de alerta y la capacidad de concentración. También actúa sobre la memoria y la atención, mejorando los estados de vigilia.
- Además de su poder estimulante, a lo largo del tiempo ha sido utilizada para múltiples afecciones, como broncodilatador, contra el mareo, la obesidad o como antidepresivo.
- Usada como droga de recreo sin control, provoca adicción causando la necesidad progresiva de dosis más elevadas.