La medina natural postula desde hace siglos los beneficios terapéuticos del agua. Baños compresas, envolturas y otros recursos, a distintas temperaturas, pueden curar muchas enfermedades.
La hidroterapia es un método de la medicina natural que consiste en el empleo del agua como elemento curativo. Se aprovecha la temperatura, la forma y duración de la aplicación del agua, para estimular al organismo y aumentar las defensas. Ya sea mediante baños totales o parciales, compresas húmedas, chorros de agua u otras formas de aplicación, la hidroterapia nos permite encontrar alivio para variadas dolencias y es propio de un buen sanador tener un conocimiento sobre este tema, que no pocas veces permite superar emergencias como picos de fiebre, inflamaciones agudas, pleuresía o la mala circulación crónica.
Algunas de las técnicas y aplicaciones son, por ejemplo, el baño de asiente y el baño de pies alternado.
Baño de asiento: sus efectos se hacen sentir sobre los órganos sexuales y el vientre, potenciando la actividad sexual e intestinal. Está especialmente indicado para quienes sufren de impotencia, frigidez o constipación.
Llene la bañera con una cantidad de agua tibia tal que, en posición de sentado, le llegue cerca del ombligo.
Sumérjase en ella, teniendo en cuenta que puede mantener tapadas o vestidas si usted lo desea, las partes de su cuerpo que no entrarán en contacto con el agua.
Con un paño o esponja, friccione suavemente el bajo vientre comenzando desde el ombligo hacia abajo y para los costados, durante 10 minutos.
Luego, friccione con una toalla seca las partes del cuerpo que estuvieron sumergidas a fin de ayudar a recuperar la temperatura.
Baño de pies alternado: sumamente beneficioso en casos de mala circulación de la parte inferior del cuerpo. Por ello es útil en la cura de sabañones, hemorroides, várices, etc.
En el procedimiento, llene un balde con agua caliente y otro con agua fría. Siéntese frente a ellos y sumerja ambos pies en el agua caliente durante 3 minutos y luego, en agua fría durante 1 minuto.