La genética juega un papel importante en el riesgo de efectos secundarios desagradables o la adicción de una persona al tomar analgésicos opioides, según sugiere una investigación reciente.
Los opioides, también llamados narcóticos, se recetan comúnmente para tratar el dolor de moderado a grave e incluyen fármacos como la morfina, la metadona y la oxicodona.
Algunas personas experimentan debilitantes efectos secundarios al tomar opioides, mientras que otros no tienen problemas. Del mismo modo, algunas personas pueden tomar estos medicamentos durante meses con pocas posibilidades de adicción, mientras que otras se encuentran en riesgo en cuestión de semanas.
Para examinar las diferencias entre pacientes, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford evaluaron las respuestas de más de 120 pares de gemelos y personas no relacionadas que recibieron el opioide alfentanilo, un analgésico de acción corta prescrito por anestesiólogos.
Una de las conclusiones del estudio fue que los gemelos idénticos tienen respuestas más similares a la droga que los mellizos no idénticos, lo que sugiere que la genética es un factor importante.
En concreto, los investigadores concluyeron que la genética juega un papel importante en la variabilidad de un paciente en el riesgo de los efectos secundarios de los opioides, entre ellos las náuseas, picazón, mareos y respiración lenta.
Por otro lado, la genética podría reflejar alrededor de un 36% por el gusto a las drogas, medidas de riesgo de adicción.
El estudio es un paso importante en los esfuerzos para entender la base de la variabilidad individual en la respuesta a los opioides, y, eventualmente, desarrollar planes de tratamiento personalizado para los pacientes que toman opiáceos.