Mejorar la dieta de tu hijo no tiene por qué ser una tarea ardua. Pequeños cambios se suman a las grandes ganancias nutricionales. Aquí recomendamos pasos rápidos y fáciles para transformar la dieta de tu hijo y prevenir el aumento de peso.
- No permitas comida chatarra en la casa.
Si no hay en la casa, los niños no la pueden comer. O por lo menos tendrán más dificultades para conseguirla. Deja a tus hijos en casa cuando estés de compras, si es posible. Haz una lista antes de salir de tu casa y adhiérete a ella. Compra meriendas saludables para tener en casa.
- No dejes que tus hijos beban sus calorías.
Muchos niños pierden peso simplemente renunciando a las bebidas azucaradas. Los padres subestiman el número de calorías y la cantidad de azúcar que sus hijos están bebiendo. ¿Sabías que una lata de refresco contiene 10 cucharaditas de azúcar? Y el jugo no es mucho mejor. Los niños no necesitan beber jugo por su contenido en vitamina C. Se puede conseguir gran cantidad de vitamina C de otras fuentes.
- Todo con moderación.
Dile a un niño (o un adulto) que no puede comer algo y eso es lo único que va a querer comer. Ningún alimento debe estar fuera de los límites. La prohibición de los alimentos lleva a los antojos incontrolables. En su lugar, practica la moderación. No hay problema en comer helado mientras lo guardes para las ocasiones especiales y lo limites a una porción de tamaño apropiado.
- No promuevas el «club del plato limpio». Lo mejor que puedes enseñarle a tus hijos es a comer cuando tienen hambre y parar cuando están llenos. No presiones a tus hijos a comer más de lo que necesitan, incluso si piensas que no ha comido lo suficiente. Nuestra comprensión de un tamaño apropiado de la porción para un niño es demasiado inflada.